Una de las cosas más importantes que aprendí este año es que compararse con otros es una enfermedad, una de las peores cosas que te podés hacer a vos mismo. Ya sea porque te hace sentir peor, o porque te da una falsa sensación de ser mejor.
El único parámetro válido somos nosotros mismos, nuestra propia satisfacción, bienestar, felicidad. Creo que cada uno tiene que tener su norte y hacia allí apuntar, y no al norte de los demás. Al fin y al cabo, cada persona es única por sus características, historias y circunstancias, y casi cualquier cosa que puedas comparar en realidad no se aplica a tu propia vida.
Es por eso que desde hace meses que dejé de compararme con los demás, y solo trato de superarme a mí misma –algo tanto o más difícil, por cierto. Y aunque espero estar creciendo a nivel personal, por lo menos sé que me ha traído mucha paz mental y claridad sobre mis propios objetivos y deseos.
(Creo que una excepción a esto puede ser cuando admiramos a alguien por X motivo, y entonces lo usamos de «guía» para crecer nosotros mismos, pero solo debería ser un estímulo).
8 respuestas a «Comparaciones»
Es algo que me parece he aprendido también este año. Me gusta el post, muy sincero y algo que todos deberíamos practicar.
Parece que está en el aire. Hace meses vengo enfocado en este sentido, cuesta un montón pero está muy bueno.
Una prueba de que el proceso es verdadero es cuando empezás a aceptar esos sentimientos negativos que solés padecer. En el caso de la comparación creo que la envidia es uno de ellos y no hay peor cosa (ahora lo sé) que negarla por intentar sentirse autosuficiente.
Creo que aceptar tus sentimientos o pensamientos negativos hacia otros es el mejor camino para revertirlos, resolverlos.
esta es una de esas «cosas de humanos» que nunca entendí.
Como decís vos, para mí tiene mucho más sentido compararse con uno mismo.
Lo pensé por primera vez, en un campeonato organizado por mi profesor de educación física, en la secundaria. Los que siempre fueron buenos deportistas, mes tras mes ganaban todo, se sacaban 10 y eran los favoritos del profesor; pero no mejoraban sus marcas. En cambio había algunos que iban mejorando su rendimiento (aclaro q yo no era uno de ellos) y yo me preguntaba ¿no tendría más sentido premiar al que en 2 meses fue de 30 segundos a 15, que al que fue de 10,1 a 10?
En otro contexto, nunca entendí a los que se enorgullecen de ser «ricos». Especialmente, los hijos de ricos. ¿Qué mérito tiene que tus padres te den dinero? ¿En qué te hace mejor? ¿Qué te hace sentir mejor que los demás específicamente?
¿No tiene más mérito el que salió de una situación de pobreza y con esfuerzo llegó a, digamos, clase media, que el que toda la vida fue rico?
Además, la gente al compararse con otros, mide para abajo con una regla y para arriba con otra. Exageran las diferencias con los que «son menos» y disimulan las diferencias con los que «son más». Ya sea que hablemos de riquezas, de inteligencia o de metas alcanzadas. Cuando la verdad es que siempre habrá muchos que sean mejores y muchos que sean peores. Cada cual se compara con lo que le conviene (incluso los q se comparan a favor de otros y en contra de ellos mismos, esos que son muy autoexigentes)
Simplemente no tiene sentido.
Amén.
Este año leí un excelente libro de Stephen Covey, «El 8vo hábito», que recomiendo enfáticamente.
Habla de la comparación como uno de los cinco cánceres emocionales que corroe a las personas.
Los 5 son:
– la crítica
– la comparación
– la queja
– la competencia
– el enfrentamiento
«Si te comparas con los demás te volveras vano y amargado, pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú» – Desiderata.
Antes no solía compararme con nadie, en ningun aspecto y me sentía más tranquilo conmigo mismo. Ahora, no se que me ha pasado, siempre vivo pendiente a quien es más inteligente en cada situación y aveces he llegado al punto de pensar que soy más o menos inteligente que alguien por haber llegado a x conclusión más rápido que alguien. Lamentable.
Creo que empezó cuando me enfoque en conseguir una beca de estudio, con los exámenes que me dieron y lo que leía sobre programación comencé a presionarme a mi mismo y a decirme que tengo que ser más inteligente, algo estúpido -hasta cierto punto- porque hasta donde se la inteligencia no aumenta.
El caso es que me viene bien tu post, para recordarme a mi mismo que no debo comparme, «Yo soy yo y mi circunstancia» como decía Gasset, y si tengo a alguien que superar es a mi mismo.
Ánimo :)
Yo me comparé conmigo mismo y salí perdiendo.