Inteligencia solidaria
El hombre se insertaba en la cultura con ritos que imitaban a la naturaleza, para achicar la diferencia. Con ellos trataban de entender y extraer respuestas, operar en el mundo, resolver problemas y calmar ansiedades.
El rito podía ser participativo en la comunidad o individual (como con los chamanes).
Los rituales tenían entonces dos aspectos, uno animista (el rito que calma la angustia) y uno empírico (como medio para aportar conocimientos más racionales).
Con el tiempo, se le dio más importancia al pensamiento racional que al animista. Se separa tajantemente lo vivido de lo racional, se divide la parte del todo para "conocer" y "dominar" mejor la "realidad".
Se llega al pensamiento empírico, positivista, que debe dividir para reinar. Mostrarse práctico, útil. Nace el método hipotético deductivo.
Pero se termina volviendo dogmática, y el riesgo es que se pone al servicio del poder social, y no necesariamente al servicio de los hombres.
OCTAVIO FERNÁNDEZ MOUJÁN plantea que no hay un mundo "dado" sino "dándose". Entonces solo lo podemos entender involucrándonos.
Así, habría que retomar mucho del pensamiento mítico, para después acceder al racional.
Partimos entonces de otros supuestos: el mundo dándose, la información cambia todo el tiempo, sin un orden preestablecido. Un mundo presente. Hay que incluir lo emocional, porque siempre está e interviene en el conocimiento, y si no lo tenemos en cuenta, actúa como un obstáculo.
Goleman habla de la inteligencia emocional, que nos ayuda con el autoconocimiento y el manejo de las emociones, y a mejorar la comunicación.
La inteligencia racional comprende las aptitudes lógico-matemáticas para entender la "realidad". Sobrevalora la medición, objetivación, acumulación de datos y en base a ellos la formulación de teorías.
La inteligencia emocional tiene en cuenta el dato de la realidad más la emoción que lo acompaña, para que no se vuelva un obstáculo.
OCTAVIO FERNÁNDEZ MOUJÁN plantea una 3ra inteligencia: la inteligencia solidaria. Ésta no parte del dato empírico de la "realidad dada", sino que está más allá de eso de dividir para controlar o manipular.
Lo explica a través del concepto de ID, que surge para compensar el desajuste entre el hombre y la "realidad", lo otro.
Hay 3 formas complementarias de definir la ID:
1. Sentimiento de continuidad del Yo a través de la historia y las identificaciones.
2. Sentimiento de mismidad, aportado por las identificaciones del Yo con el otro.
3. ID social, surge de la participación. No tenemos, somos.
La inteligencia se desarrolla por muchas crisis de ID.
La realidad existe, pero no es toda, hay más, no se agota. Hay otra con la cual nos podemos identificar solo con coparticipación: la ID grupal, un campo de valores que remite a la suspensión del yo. Esta inteligencia busca comprender solidariamente la realidad.
Definición del glosario:
La inteligencia solidaria parte de una realidad viva indeterminada, caótica, pero con fuerza vital transformadora que nutre el anhelo de autosuperación del grupo, sin dejar parte alguna afuera. Más que oponerse a las inteligencias clásicas, que parten del sujeto o Yo pensante sobre una realidad que lo determina, se integra a ellas, otorgándoles capacidad creadora y especialmente solidaria: lo que capta es desde el bien común. No divide para entender, sino que a través del sentimiento de ID solidario, entiende. Luego se va tomando distancia para percibir y pensar razonablemente, a fin de actuar dentro de un sistema.