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Eventualmente, lo olvidas

Eventualmente, lo olvidas todo. Primero olvidas todo lo que aprendiste –las fechas de las guerras y el Teorema de Pitágoras. Especialmente te olvidas todo lo que realmente no aprendiste, sino que memorizaste la noche anterior. Te olvidas de los nombres de todos menos uno o dos de tus profesores favoritos, y eventualmente te olvidas de esos, también.

Te olvidas los horarios de tus primeras clases y dónde te sentabas y el número de teléfono de la casa de tu mejor amigo y la letra de esa canción que habrás escuchado un millón de veces.

Y eventualmente, pero despacio, te olvidas de tus humillaciones –incluso aquellas que te parecían imborrables, se desvanecen. Te olvidas quiénes eran cool y quiénes no, quién era lindo, inteligente, atlético, y quién no. Quién fue a la Universidad. Quién hacía las mejores fiestas. Quién tenía más amigos. Te olvidas de todos ellos.

Incluso de quienes decías que amabas, y aquellos a quienes amaste de verdad. Ellos son los últimos en irse.

Y ahí, una vez que olvidaste lo suficiente, amas a alguien más.

15 respuestas a «Eventualmente, lo olvidas»

Muy lindo, realmente muy lindo. Prefiero pensar que hay cosas que no se olvidan, sino que se transforman, como una vez me lo dijo alguien muy amado por mi.

Saludos,

Yo me acuerdo el numero de telefono de mis mejores amigos de la infacia . Es incrible, y no deja de sorprenderme. Dato banal que retengo por cierto…..
Me cuesta tanto olvidar? Demonios!

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