El estrés es una respuesta bio-psico ante factores ambientales (estresores) que influyen en la persona.
Los estresores pueden calificarse de distintas formas: por intensidad, duración, momento o si son externos o internos. Pueden ser de corta duración (segundos o minutos), que no deberían influir demasiado. Otros son de mediana duración (días) y otros de prolongada, crónicos (meses).
Pero la duración del efecto no depende del estresor, sino de la persona y el ambiente. A cada uno le pega distinto.
Para hablar de una enfermedad por estrés, debe haber 3 componentes: Estresores, Predisposición de la persona y Contexto.
Los estresores están presentes todo el tiempo. Cómo nos adaptemos a ellos determina si nos serán positivos (eustress, la cuota de tensión necesaria) o negativos (el distrés o estrés, que es cronificado y puede producir trastornos psicosomáticos, cardio, sexuales, gástricos…).
Algunas de las consecuencias psico. son ansiedad, angustia, irritabilidad, pánico, depresión, baja autoestima, apatía, falta de motivación, sentimientos de inadecuación…
Burn-out
Se empieza a estudiar a finales de los ‘70. Es una reacción del organismo al estrés crónico, “estar quemado”. Se da sobre todo en personas que están a cargo de otras personas.
Características:
- Agotamiento emocional (personal, individual, como el cansancio o la baja autoestima).
- Despersonalización del otro.
- Eficacia reducida, creo que no puedo y lo desvaloro. Mirar de manera negativa el trabajo que hacés, sumado a un detrimento concreto del trabajo.
El burn-out se da en 3 fases (en la última ya está muy cronificado):
1) Disbalance entre mis recursos y la tarea (pienso que puedo con todo). Estado de omnipotencia.
2) Cansancio, agotamiento, tensión física y psíquica.
3) Cronifcación, agotamiento, necesidad de salir y no saber cómo (y se dan las 3 características mencionadas antes).
Nuestro trabajo es que esto no se cronifique. Una vez cronificado, es muy serio, casi irreversible, tiene muchos efectos negativos, y puede llevar a la muerte.
Estrés laboral: es un desbalance entre los recursos personales de las personas, las capacidades y los requerimientos de la empresa. Una falta de adaptación entre el trabajo y la persona, ya sea por cantidad, intensidad, responsabilidades, dificultad, relación entre lo que me piden y las herramientas que me dan, etc.
Hay profesiones más propensas a generar estrés, como las de salud, educación, seguridad, o aquellas con tareas mecánicas o rutinarias.
Hay dos conceptos, el de mundo privado (con la ID de sí) y el de mundo público (con la ID de rol). Para que sea saludable, deben estar equilibrados, pero cuando no, se puede dar:
– Enrolamiento enajenante (exceso de lo público, llevo ese rol a todos lados, incluso a la vida privada). Se relaciona con el estrés laboral y los workaholics.
– Ensimismamiento enajenante (un exceso de lo privado, donde no doy lugar al otro y ventilo todo lo propio; lo privado invade lo público).
En una organización podemos trabajar en 3 niveles respecto de esto:
1- Personal: concientizar a la persona de sus capacidades, recursos, expectativas y realidad. Ver la relación de la persona con el trabajo, qué espacio le da.
2- Grupal: con los equipos de trajo, cómo se conforman, si funcionan o no, los objetivos y las herramientas, o la concepción de la empresa (que puede llevar a la competencia absoluta, una cultura “anti-equipo”).
3- Organizacional: relacionado con la cantidad de trabajo, de responsabilidades, las herramientas para llevarlo a cabo… Se relaciona también con la pirámide de Maslow: hay que satisfacer las necesidades básicas.
Dejous dice que esto no siempre fue así, sino que fue variando con el contexto. En el S XIX la concepción de trabajo era muy distinta, por igual para niños y adultos, más horas, menos salaario. La salud estaba muy ligada a sobrevivir, y en relación a poder lelvar a cabo la tarea.
En el S XX se da más atención a la salud física, hubo un avance.
Y a mediados de los 60, también se empieza a considerar la salud mental en el área laboral. El sufrimiento mental que se puede producir por la forma de organización de la empresa, sus divisiones, responsabilidades, jerarquías, etc.
Hace 100 años, lo que vemos ahora no era importante.