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Asuntos pendientes

En otra edición de conociendo a Ceci y dándonos cuenta que es «especial»: Si hay algo que me perturba en esta vida, son los asuntos pendientes. Las cosas por hacer, por decir, por resolver.

Para mí, los asuntos pendientes son como pesas de muchos kilos, toneladas a veces, que se alojan en mi mente y no me dejan en paz. Algunas más grandes, otras más chicas, pero siempre ahí, recordándome que hay algo sin resolver.

Los asuntos pendientes en mi vida vienen de todas las formas y colores, y es mucho más el peso que tienen en mi mente, que en la vida real. Pueden ser llamadas que no hice, una tesina, una charla, comer más sano o ir a ver el reestreno de una película que me perdí la primera vez. No todas son cosas malas, de hecho la mayoría son completamente inocuas, pero el hecho de que estén pendientes por hacer me vuelve loca.

De la misma forma, una de las cosas que más placer me produce es tachar ítems de mi lista de pendientes. Un trabajo entregado, un pago cobrado, una llamada hecha, un libro leído. Cada pendiente completado es un peso menos, me hace sentir físicamente más liviana, y la sensación puede durarme por días.

En estos días me saqué de encima un par de pendientes de los pesados, aunque me quedan unos cuantos más en la lista. Lista que nunca está vacía, por cierto, porque sale uno, y entra otro.

De todas formas, la perturbación que me cusan los pendientes en mi mente tienen su contraparte gataflorezca: cuando pienso en no tener absolutamente nada más que hacer, no es felicidad lo que me imagino, sino alivio pero algo de ansiedad también.

Al fin y al cabo, no comparto eso de que la mente busca la homeostasis, sino que todos necesitamos el grado justo de excitación y estimulación.

PD: Cada vez que pienso en la frase «asuntos pendientes» me acuerdo de la película de Casper.

5 respuestas a «Asuntos pendientes»

Que satisfactorio es leer que alguien en algún lugar sufre y/o padece de la misma «enfermedad» que yo -las cosas pendientes o insolutas-. Es cierto, no todas son malas pero en lo personal muchas de ellas refieren al trabajo de abogacía que hago para vivir, y mientras estan más lejos, más imposibles se vuelven, y pensar que en tan solo 2 semanas hábiles las resolvería para siempre.

Por allí estuve investigando, y tiene algo que ver con un desorden del comportamiento llamado procrastinación – no te asombres con el término, es sólo una palabra en ingles que se perdió en la traducción-

Any way, ese desorden del cual absolutamente sufro, mantiene que los asuntos pendientes suelen supeditarse a los urgentes, es decir, si algo no necesita una acción inmediata, lo dejamos para después, y puede que nunca se resuelva. Es como para volverse loco.

Aquí está el link por si quieres echarle una ojeada: http://www.procrastinacion.org/

Bueno, recien te descubrí en twitter, lo cual me llevó a tu blog, y me pareció mas que interesante, sincero.

Es refrescante tu blog, ojalá yo pudiera revelarme así como tú.

Soy de venezuela, te mando muchos saludos.

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