Me perturba la gente que:
- Le ofrecen 100
- Dice que con 10 alcanza
- Paga por 3
- Y se queja por no obtener resultados de 100
Me perturba la gente que:
No, no es una metáfora de nada. Hablo literalmente de bebida y de comida.
Es que, verán, aunque mi alimentación es muy amplia, hay cosas con las que soy más bien limitada: solo tomo agua generalmente, el helado me gusta de chocolate y dulce de leche (y no mucho más que eso), y un par de cosas del estilo.
El problema es que como en esas cosas soy tan básica, la gente que me rodea se aprovecha y se toma mi agua y se toman mi helado y se comen mis galletitas, y quiero hacer un berrinche. Permítanme que les explique la teoría, a riesgo de quedar como una loca o una muerta de hambre.

En casa somos 4. Una toma agua (yo), dos Coca, y uno mayormente jugos. Al momento de hacer las compras, la relación es más o menos 1 agua, 1 jugo, 2 Cocas. Pero después pasa lo lógico: el agua es lo más básico del mundo, y todos se la toman durante el día. Y al momento de la cena, la única que no tiene nada para tomar, soy yo.
Peor con el helado en las fiestas: todos se piden gustos loquísimos que a mi no me gustan. Como Crema con frutillas del bosque de Holanda, o samabayón con trozos de arándanos del Congo. Buenísimo, para gustos los colores (o en este caso, los helados). Yo, por mi parte, con un poquito de chocolate y dulce de leche soy feliz.
Pero, ¿qué pasa cuando llega el helado? Nunca, NUNCA falta que por lo menos 4 personas digan «aaah, ¿pidieron chocolate también? Pasame un poquito». ¿Y en qué resulta? Yo me quedo con una cucharadita de mis gustos, y sobran ocho potes de los gustos raros que todos podían comer menos yo. Pasa. Todo. El. Tiempo.
Ya sé que para esta altura del post deben estar pensando o que estoy un poco loca, o que debería compartir más. Yo no tengo problemas con compartir, pero por favor, calculemos la cantidad siendo realistas!!
Necesito que alguien comente abajo que a él o ella también le pasa. Que los amigos le toman el único tipo de alcohol que le gusta, que los hermanos le sacan el yogur, que el padre se come sus galletitas. ALGO.
Actualización: finalmente tuve la oportunidad de ir a ver la obra, y me pareció excelente. Pueden leer mi crítica sobre Casi que no Está.
No sé, cuando yo era chica, si alguien me invitaba a algún lado era… bueno, eso, que me invitaba. ¡No que me invitaba a comprar su producto! ¡O a contarle a todos mis amigos y capaz que me gano uno!
Ya vengo viendo esto en mil publicidades y sobre todo en campañas de email marketing, como esta que me llegó hoy, que por ahí es la más ingenua de todas, pero igual molesta.

Molesta porque de verdad me encanta el teatro, y me rompe que usen frases engañosas. Decime directamente que es un sorteo, y yo decido si lo abro o no.
Últimamente veo mucho de esto por todos lados, ahora no recuerdo ningún caso concreto, pero seguramente ustedes sí. ¿Cuál les molesta?
PD: Como siempre, esto no tiene que ver con el producto (en este caso, la obra «Casi que no está», que no fui a ver y sobre la cual no puedo opinar), sino con los modos molestos de publicidad.