
Hace algunas semanas comentaba en Twitter sobre el tatuaje de una chica que vi en la calle. En su brazo estaba la frase «Only god can judge me», y a mí me llamó la atención que haya escrito «god» en minúsculas. Mi lógica es que si creés en Dios lo suficiente como para ponértelo en un tauaje, lo harías en mayúsculas, pero bueno, eso es cosa de ella y su tatuaje.
En realidad, ella es solo una de muchas personas que día a día necesitan recordarles al mundo que no les importa lo que ellos piensen, y no puedo dejar de encontrar una contradicción en ese acto.
Hace solo un par de días un chico en la calle llevaba una remera con un lema semejante (algo como «I don’t care what people say»), y la esencia de esto se repite en incontables canciones, bios de Twitter, actualizaciones eufóricas de Facebook, y citas en Pinterest.
A mí me parece contradictorio. Yo creo que si tanto necesitás hacerle saber al mundo que no te importa lo que opinen es que, por lo menos, te importa que sepan que no te importa.
Una cosa es comentarlo casualmente en una charla. Otra es tenerlo como la insignia de tu vida. Te importa, y mucho.
Me recuerda a cuando era adolescente y miraba a las chicas que se vestían «alternativas» y las que se vestían como góticas. Estéticamente me gustaba mucho su estilo, pero nunca logré imitarlo.
Es que de la misma forma que nunca pude dedicarme horas a arreglarme para verme «normal» (o cheta, si quieren), tampoco podía entender cómo esas otras chicas pasaban tantas horas arreglándose solo para verse diferentes. Cuánta energía puesta en diferenciarse visualmente. (Esto lo dice alguien que no tiene el menor sentido de la moda, de todas formas, así que tómenlo como tal.)
Para mí la diferencia, el «no me importa», es interno, y se traduce en las actitudes con las que uno afronta la vida.
A mí me suele importar mucho lo que piensen los demás, y eso es algo que permanentemente trato de cambiar, porque no sirve de nada. Y me imagino que el día que lo logre, simplemente me voy a sentir satisfecha, y no voy a necesitar gritarle al mundo que no me importa su opinión.
Me imagino así:

Así, que te resbale todo como solo Garfield lo puede ilustrar.
En fin, el comentario es con respecto a la contradicción que me resulta, y no como una crítica a las personas que necesitan expresarlo. De ellos, que hagan lo que quieran y que sean felices.