Ayer estuve todo el día en el Tigre, sin WiFi ni 3G. Comienzo asado, charlando con amigos, durmiendo la siesta.
Volver hoy al mundo digital me resultó mucho más chocante de lo que esperaba, creo que nunca me había causado este nivel de rechazo como hoy.
El stream de mensajes en Twitter me pareció tan superfluo, irrelevante para la vida «de verdad». En lo que va del día no pude ni siquiera tirar 10 caracteres. No tengo ganas, no me nace. Me siento ajena y con ganas de desconectarme otra vez, poner todo el mundo digital en pausa. Congelarlo como a Walt Disney, que se quede quietito mientras yo hago mi vida, y volver a él cuando de verdad tenga ganas.
Por supuesto, el tiempo no para para nadie, y siento que dárselo a uno de estos mundos es quitárselo al otro.
Creo que la palabra que había elegido para este 2012 era «Priorizar», y así que a eso se reduce la solución. Decidir internamente cuál es mi prioridad, y actuar en consecuencia.
Creo que hace muchos meses que vengo actuando por inercia, y diciembre es un buen mes para hacer un stop, recalcular, y seguir adelante de un modo más consciente.