
Cuando voy al trabajo y paso por la calle Libertad, que está llena de relojerías, pienso:
Pocas cosas deben ser tan esquizofrenizantes como estar rodeado de cientos de relojes, todos marcando horas diferentes.
Reflexiones de un martes por la tarde.

Cuando voy al trabajo y paso por la calle Libertad, que está llena de relojerías, pienso:
Pocas cosas deben ser tan esquizofrenizantes como estar rodeado de cientos de relojes, todos marcando horas diferentes.
Reflexiones de un martes por la tarde.

Por otro lado, una de las tags de este post es «Boludeces», por supuesto.