La semana pasada hice un viaje express a São Paulo, dos días, una sola noche. Cuando volví a casa, el miércoles bien tarde, estaba totalmente desorientada con respecto a qué día y hora era. Mi angina furiosa pero viral no ayudaba con la situación.
Me pasé el jueves convencida de que era lunes, y atendiendo compromisos y reuniones, repitiendo a quienes tenían que lidiar conmigo que disculpen mi desorientación. Nada fuera de lo común.
Lo fuera de lo común, lo extraordinario para mí, fue lo siguiente.
Más de una persona me dijo «si creés que hoy es lunes, cuando mañana sea viernes vas a estar feliz». Y me di cuenta que eso ya no significa nada para mí.
El viernes ya no significa más el día de la libertad, de empezar a vivir en serio durante el fin de semana.
El lunes ya no significa una tortura, el momento de tener que retomar esa actividad que no me hace feliz pero que es un mal totalmente necesario.
Ahora que me dedico 100% a mis proyectos trabajo más que antes, pero lo disfruto tanto que el hecho de que sea viernes, lunes, jueves o domingo me es totalmente indistinto.
Soy plenamente consciente de lo afortunada que soy de poder sentirme así. No es algo que haya venido gratis, por supuesto. Es el fruto de muchos años de trabajo, de decisiones difíciles, y de tener que bancarme la incomodidad e incertidumbre en ciertos aspectos de mi vida en pos de hacer crecer algo en lo que creo completamente.
Pero es un gran momento, y no quiero que mi ansiedad me lo opaque.
2 respuestas a «Un gran momento»
Todos vemos como una tortura empezar la semana y no nos damos cuenta de que es un día más de nuestras vidas que quizá no disfrutamos a pleno solo por el hecho de que «es agotador». Yo digo: si nos tomamos la vida de esa manera ¿como pensamos vivir? Todos los días cuentan… y hay que hacer que los días cuenten..que cuenten cada experiencia vivida, cada logro y superación. La vida es una sola, es la única que tenemos (por ahora, creo) y merece ser viviva en su totalidad. No desperdiciemos tiempo en vano… demosle valor y hagamos de cada día un viaje placentero de transitar!
Maru!
Cecilia, el hecho de hacer lo que a uno le gusta y tentar vivir de eso, es un privilegio, que pocos pueden asumirlo y concretarlo.
Te felicito por tu decisión.
Cuando los frutos maduren en los ramos de ese árbol que plantaste, tu sonrisa y tu convicción irán a completar tu esfuerzo.
Besos,
Roberto.
PD. Alguien que siempre quiso trabajar en lo que le gustó y no desiste.