De todos los «qué hubiera pasado si…» de mi vida, hay uno muy inocente pero que de alguna forma siento que fue un presagio de mi vida social durante los años del secundario.
Esta situación tiene un elemento en común con varios otros puntos de inflexión para mí: mi elección de priorizar mi comodidad o gusto personal por sobre el reforzar vínculos con mis compañeras.
Algo que hoy en día sigo haciendo, gracias por preguntar.
Fue cuando estaba en séptimo grado de la primaria. Por esa época yo estaba obsesionada con unos dibujitos que pasaban en Cartoon Network, y cuando una compañerita con quien íbamos a cambiarnos juntas a un nuevo colegio para comenzar el secundario me invitó a la casa después del cole, le dije que no.
No quería decirle que era para quedarme en mi casa viendo los dibujitos. Entonces ante el cuestionamiento de ella –y de su madre, y de la mía– de por qué «no podía» ir a jugar a lo de esta nena, terminó sonando a que yo estaba metiendo excusas para no ir.
Finalmente en el nuevo colegio nunca terminamos de ser del todo amigas, y me pregunto qué hubiera pasado si hubiese priorizado construir ese vínculo.
No lo lamento, ni me arrepiento, ni creo que me haya perdido de nada (ni ella tampoco). Solamente me pregunto qué hubiese pasado.
Una respuesta a «Qué hubiera pasado si…»
a mi me pasa exactamente lo mismo, a veces priorizo mi zona de confort y no me animo a arriesgar un poco por alguien. Siempre me termino preguntando que hubiera pasado si yo actuaba un poco mas normal(tu sabes un poco mas como lo esperado)…