Hay cosas que hay que nombrarlas para que no sean más fuertes de lo que ya de por sí son, aunque a muchos les cueste.
Yo aprendí a nombrar al cáncer porque entiendo que es una maldita realidad con la que tenemos que vivir.
A veces pensaba en mí y en mis amigos, y cómo, estadísticamente, a uno o más de uno de nosotros nos puede agarrar. Los números tienen esa cosa de que no hay excepción que valga, ¿vieron?
Entonces fue que mi amigo Martín se enfermó de cáncer.
Conozco a Martín desde los 7 u 8 años. Más de 20 seguro. Por épocas fuimos muy cercanos, por épocas menos, pero su presencia en mi vida es una constante. Con él pasé muchas cosas, es tremendamente importante en mi vida.
Martín tiene 31 años, y eso es jodidamente jóven para tener cáncer. Más de una vez lloré de la bronca y el sentimiento de injusticia, pero qué sé yo, no es justo para nadie. No lo fue para mi abuelo -que se curó- ni para mi padre -que también se curó pero las secuelas le causaron su discapacidad actual. No hay nada de justo en el cáncer.
Una parte de mí es dolorosamente consciente de las probabilidades y las estadísiticas, y si ustedes estaban nerviosos con el partido de Argentina el martes, imagínense cómo estuve yo el lunes mientras miraba sin parar el celular esperando noticias de su cirugía.
Cirugía que salió bien en primera instancia, y que ahora hay que esperar cómo se recupera, y si hay remisión, y si pudieron sacar todo, y esas cosas.
En mi primera clase de neuroanatomía, mi profesor, el Dr. Intebi (grande si los hay), nos preguntó cuál pensábamos que era la peor enfermedad.
«El SIDA» respondimos casi todos. Y él con mucha comprensión nos explicó que no, que el cáncer era la peor, la que más gente se lleva, la crónica, la que en la mitad de los casos no sabemos cómo curar y en la mayoría de los casos ni sabemos qué es lo que la causa.
El cáncer es nuestra tuberculosis antes de la penicilina, nuestra mortalidad infantil antes de que los médicos entiendan la esterilización. Y en una época de tanto avance y tanto progreso, me cuesta entenderlo, cómo puede ser que todavía quede este bastión que no podemos derrotar, y que cada día se lleva a más de nosotros.
Es parte de la vida, es parte de la muerte.
Mi amigo Martín tiene cáncer, pero yo con todo mi corazón quiero creer que dentro de uno o dos meses les voy a contar que mi amigo Martín tenía cáncer, pero que ya no, porque los médicos se lo sacaron, y que va a seguir siendo el hombre maravillosamente raro que fue toda su vida.
Entiendo las estadísticas, pero no puedo concebir otra cosa que no sea esa.
14 respuestas a «Cáncer, maldito cáncer»
http://www.revistamundonatural.com/noticia.cfm?n=156#axzz36Pc7JkM2
Fuerza Martin! Fuerza amiga querida <3
Me toca bastante de cerca. :(
Solo espero que Martín tenga la energía para zafar de esta. El 50% esta ahi, en su cabeza!
Un abrazo a vos Ceci, tu misión es apoyar y acompañar. :)
Que lindo y triste que escribiste ceci, el cáncer se llevo a mi mama con tan solo 53 años, y todo el proceso que tuvo que sufrir dolores infernales etc , nadie merece pasar con esta maldita enfermedad
Coincido plenamente ! Saludos
Ceci, te entiendo, es horrible lo que uno siente. Yo estoy así con una sobrinita de meses que la está peleando como una leona. Pienso en mi tía a quien la habían desahuciado y se curó y pienso que Male también va a poder contra esa enfermedad.
Martin, como tu abuelo, tu viejo y mi tía seguro va a estar muy bien dentro de poco. Esto es una prueba que nos pone la vida.
Si no viste la peli 50/50 te la super recomiendo.
Besotes
Vengo de una flia en donde la palabra cáncer es re común, lamentablemente. Pero eso me hizo, quizás, no tenerle miedo. Lo que si hago, y recomiendo siempre, es.. Chequeos. Cuando el año pasado le tuve que sumar a mi rutina de chequeo anual una mamografía a los 29 años, pensé que se me caía el mundo. Lo mejor que podes hacer, Ceci, es estar con él, apoyarlo. Creo fervientemente que está todo en la mente. Espero que Martín se recupere pronto :)
Mucha fuerza Ceci, para Martín y para vos.
La impotencia, desesperación, bronca, miedo, angustia e incertidumbre que uno siente cuando alguien que quiere te dice que tiene cáncer es insoportable. No puedo describirlo de otra manera.
Mi hermano (también de nombre Martín) fue diagnosticado a los 23 años. Hoy, después de la operación y las sesiones de quimioterapia, está bien, no hay rastros de células cancerígenas. Hay secuelas, claro, pero lo que siempre SIEMPRE tenemos que tener es ESPERANZA.
Yo no soy creyente, no sé rezar, pero eso no me detuvo para poner todas mis energías en que mi hermano se iba a curar. ¿Qué hice? Cada noche, cuando me iba a acostar y no podía dormir de la angustia y el miedo, me imaginaba a mi hermano rodeado de luz. Cerraba los ojos y veía a Martín lleno de luz, alegre, tan iluminado que a veces su cara se desdibujaba.
Hice eso todas las noches, durante meses, sentía que esa era mi única forma de ayudarlo.
Ceci, hoy proyectalo a tu amigo con luz y tené esperanza, como dice j0an, tu misión es acompañar y apoyar.
Te abrazo fuerte desde acá.
Ayer me desayuné con la noticia de que un amigo fallece por un tumor que tenía desde chico en la cabeza. Se lo lograron achicar hasta que desapareció, pero en el último año salió nuevamente y más agresivo que nunca. Tenía menos de 30 años. Es difícil pensar en lo justo de las enfermedades, muchos años él pudo disfrutar de su familia y amigos con mucha intensidad, teniendo presente ese tumor que aún habiendo desaparecido, rondaba como un fantasma.
Ojalá tu amigo haya estado disfrutando de la vida intensamente, y que todo este asunto salga bien para que lo siga haciendo. Hay que tener presente, cada uno de nosotros, que nada es constante y que mañana mismo podemos dejar de formar parte de este universo. Intelectualmente lo podemos tener claro, pero emocionalmente nos cuesta la vida entera entenderlo y vivir acorde a esa realidad.
Te mando un abrazo y mucha fuerza para Martín.
Muy lamentable, no hay que olvidarnos de los chicos que tienen cancer que apenas pueden entender que es lo que les pasa.
Dios no existe, Dios es fe por ende es humo.
Mucha fuerza Ce, para vos, para tu amigo y toda su familia. Lamentablemente es una enfermedad de mierda, en mi familia hace poco pasamos un susto, que gracias a Dios termino siendo un diagnostico erróneo. Fueron unas semanas de mucho preocupación, pero una felicidad enorme al enterarnos de que no era cáncer sino una neumonía que se había complicado por demás.
Yo puedo hablar en primera persona… YO tuve cáncer, y a los 35 y no se sabe si tuviste, o puede volver o no sabes si podes tatuarte «toma, te cague…» pero como dijeron el 50% esta en su cabeza…. lo primero que hice fue alejar a todo el mundo que tuviera compasión, nada de eso… el que se queda conmigo la lucha conmigo… no quería que nadie al lado mio llorara (obvio que seguramente habrán llorado a solas pero jamas delante mio), mis amigas lo mismo… las que estuvieron conmigo… 100% de fierro eso es lo que se necesita en esos casos, sosten, no podes estar pensando en sostener vos a tu familia o amigos… Todo depende de cuan a tiempo se agarró, en mi caso les cague las estadisticas, no tenian forma de ver que dosis ponerme, fui un nro en un ateneo y probaron conmigo y les salio… (por suerte!!!), asi que dale animo!, que sus amigos sigan alentandolo, su familia… y si necesita algo y yo pueda con mi experiencia desde la palabra hacer algo, no dudes en decirme, en estos casos a veces escuchar sirve y mucho… y Ceci, no decaigas que si el es tu amigo te necesita bien si se apoya en vos quiere ver eso, salvo que quieran llorar juntos que a veces es bueno tambien (yo no llore nunca, bueno una sola vez, cuando me dijeron que ya no podia comer por boca y yo pense que no podia comer mas pizza, si si me salio lo gorda jaja) y llore cuando vi la grande de muzzarella y no podia comerala… asi de mentalizada estaba en darle pelea… lo primero que hice cuando pude volver a comer fue entrarle a una grande de muzzarella…
animo!!! ojala sepamos de sus buenos avances
solo decirte que leas algo de la nueva medicina germanica DR hamer , biodescodificacion y tambien sobre el MMS o clorito de sodio
Ceci, la verdad es que -como te decía hoy a la mañana- me encantó el post. Como te imaginarás, creo firmemente en que hay que llamar a las cosas por su nombre y que siempre es mejor hablar de los temas que callarlos y oscurecerlos. Crecimos escuchando sobre el «conocido hotel de Retiro» con la misma periodicidad con la que escuchamos sobre «la larga y penosa enfermedad». Uno no se nombra para no hacer el chivo, y la otra?
Siempre me hizo ruido esta comparación entre enfermedades, que parecen olvidar que atrás de cada estadística hay chicos, mujeres, hombres, hermanos, primos, tíos, amigos, conocidos, etc, etc, etc.
Mi primer trabajo fue hacer la prensa de FUCA, la Fundación Cáncer que preside el Dr. Chacón. Allí aprendí muchísimo, entre otras cosas que la mitad de los cáncer se curan y que, nuevamente, hablar del tema, saber del tema, contribuye a una detección temprana y, así, a incrementar las chances de curación.
Y hace algunos años, ya trabajando en Fundación Huésped, me di cuenta que el cáncer genera un estigma hacia adelante. Lamentablemente, cuando la gente se entera de alguien que tiene cáncer, es como si empezara (por usar una figura) a medirte para ver el largo del ataúd. A pesar de que sabemos que la mitad de los cáncer tienen cura.
Con el VIH pasa algo diferente. Si bien sigue vigente la idea de Sida=muerte, a pesar de que hoy es factible controlar la infección, el principal estigma que genera el enterarse de que alguien vive con VIH es «qué hizo?», «con quien se acostó?», «es gay?». Eso genera un estigma hacia atrás (por ponerle algún nombre), también asociado a la discriminación.
Hoy cuando leí tu post me acordé de esta figura y prometí comentarte (sabés que creo que es mi primer comentario ever en un blog no propio?) porque tu post me pareció tan lleno de vida, escrito con tanto pero tanto amor, hablando tanto pero tanto de lo que hay que hablar, que pensé que yo -al menos esta vez- no quería quedarme callado.
Un beso.
Uffff abrazo fuerte y mucha buena onda para Martín