Mis cicatrices son parte de lo que soy.
Pero yo no soy mis cicatrices.
Y ya es momento de dejarlas ir.
Mis cicatrices son parte de lo que soy.
Pero yo no soy mis cicatrices.
Y ya es momento de dejarlas ir.

Perdonar aunque no estén arrepentidos, aunque no te hayan pedido perdón.
Cuando vivimos situaciones en las que nos hemos sentido agraviados, maltratados, despreciados o no valorados, y nunca pudimos «hacer las paces» con la otra persona, es difícil seguir adelante. Pero esta frase a mi me hizo un click muy grande.
Perdonar no tiene que ver con que la otra persona te pida disculpas, por lo menos no por completo. Tiene que ver con, internamente, poder soltar esa situación, soltar los agravios, perdonar a esa persona en esa situación, y también a vos mismo en esa situación, por tu parte (grande o pequeña) en el incidente.
El perdón y el agradecimiento son dos grandes formas de sanar situaciones pasadas (parte de mi tesina, por cierto), y lo mejor es que trascienden el tiempo y las distancias. Gracias a estas dos cualidades pude, por ejemplo, cerrar heridas de muchos años, relacionadas con gente que hace mucho que no son parte de mi vida, y con quienes nunca volví a hablar.
Una de las cosas más importantes que aprendí este año es que compararse con otros es una enfermedad, una de las peores cosas que te podés hacer a vos mismo. Ya sea porque te hace sentir peor, o porque te da una falsa sensación de ser mejor.
El único parámetro válido somos nosotros mismos, nuestra propia satisfacción, bienestar, felicidad. Creo que cada uno tiene que tener su norte y hacia allí apuntar, y no al norte de los demás. Al fin y al cabo, cada persona es única por sus características, historias y circunstancias, y casi cualquier cosa que puedas comparar en realidad no se aplica a tu propia vida.
Es por eso que desde hace meses que dejé de compararme con los demás, y solo trato de superarme a mí misma –algo tanto o más difícil, por cierto. Y aunque espero estar creciendo a nivel personal, por lo menos sé que me ha traído mucha paz mental y claridad sobre mis propios objetivos y deseos.
(Creo que una excepción a esto puede ser cuando admiramos a alguien por X motivo, y entonces lo usamos de «guía» para crecer nosotros mismos, pero solo debería ser un estímulo).
Desde hace días que en Argentina estamos viviendo –sí, otra vez– una situación política y social muy tensa.
No estoy acá para dar mi opinión al respecto. No estoy acá para defender a un partido político ni para tratar de intuir las causas que nos llevaron a esto.
Estoy acá para pedirles que nos mantengamos fuertes, que nos mantengamos unidos.
El momento de tirar mierda para el político que no nos gusta (sea Cristina, Macri o el que te parezca) ya pasó, y lo que se está generando es una escalada de violencia que no puede llevar a nada bueno. Nos están dividiendo, nos están haciendo pelear entre nosotros. Divide y triunfarás, y lo único que puede triunfar si no permanecemos fuertes como pueblo es la violencia, el caos, el atropello.
Seamos fuertes, no dejemos que nos pase otro 2001. Defendamos nuestros derechos como pueblo, defendamos a nuestros hermanos, defendamos la paz y la democracia.
Después llegará el momento de hallar responsables, pero cortemos cada uno desde nuestro lugar esta escalada violenta, paremos de generar odios entre nosotros.
Hoy me inspiré para escribir algo que tenía ganas desde hace mucho tiempo: una defensa a la lógica.
Pasen, vean y debatan en el blog de Fabio o aquí mismo!

Ducha = el lugar para pensar y tomar decisiones.
Esto debe ser universal.

Es momento de hacerme una autocrítica, una de las muchas que me suelo hacer como parte de una buena costumbre. Esta vez, con algo que noto en mí desde hace años, y que se me hizo más visible en los últimos tiempos: tolero de mis amigos, familiares, y gente que me cae bien en general, cosas que de otras personas no puedo soportar.
No es que me vaya al extremo de considerar que está «bien» cuando lo hace alguien que quiero, y «mal» cuando lo hace alguien que no, pero sí es cierto que mi paciencia, mi tolerancia o simplemente mi indiferencia favorecen mucho las mismas actitudes en boca de aquellas personas con quienes comparto un lazo, que con las que no.
Me quedan entonces dos opciones para conservar la coherencia, una de las virtudes más importantes para mí. O bien empiezo a ser más dura con mis amigos, o bien empiezo a ser más tolerante con el resto de las personas. O un poco de cada una, según la ocasión.
Y esta es solo una de las muchas razones por las que no soy una persona criticona, o por lo menos trato todos los días de no serlo.
It’s waking up in the middle of the night for no reason, shifting under the blankets and feeling the heat of the person next to you. You turn around and see them in their most peaceful, innocent, and vulnerable state. They breathe as though the weight of the world lays on anyone’s shoulder but their own.
You smile and kiss their face gently before turning back around and somehow, an involuntary grin forms on your face. Just befor you drift off to sleep, you feel an arm wrap around your waist and you know it doesn’t get any better than this.
(No pude encontrar el autor de esta cita)

Hacer lo que te gusta es libertad. Que te guste lo que hacés es felicidad.
Y la combinación de ambas cosas es explosiva :)
Damas y caballeros, este es un post bien minita.
Hace unas semanas me topé de casualidad con un post de 2 locas en ruedas cuerdas que resultó ser de Caro Aguirre (gracias Mery por el dato!), donde mencionaban con mucha gracia y atino algunas fantasías no sexuales (o bueno, depende del caso, supongo) frecuentes en las mujeres.
Hago propias algunas de ellas, y (además de invitarlos a leer la lista original) espero las suyas en los comentarios!