Categoría: Ceci

  • Una vez más, en voz alta

    …me lo voy a repetir a mí misma, para creérmelo, porque todo lo que se viene es fuerte. Pero yo quiero serlo más.

    Abril: NO TE TENGO MIEDO.

  • Domingo por la mañana

    Es domingo a la mañana. Afuera está nublado y seguramente se largue a llover pronto. Dormí más de 10 horas de corrido. No me extraña, ayer pasé un hermoso día fuera de casa y había vuelvo agotada.

    Con el cuerpo descansado abro los ojos y no me quiero mover de entre las sábanas, quiero seguir así todo el día. Me levanto un minuto para saludar, agarrar la netbook y volver a la cama. De fondo suena el OST de Caprica y el clima es perfecto. Digo en voz alta que no me quiero levantar y me avisan que ya está el desayuno. «Siempre sobornándome con comida» les digo en broma. Y, en el mismo tono, agrego que sería genial desayunar en la cama.

    Al rato se aparece mi papá con una bandeja con té con leche, tostadas y Mendicrim (del común, no del light, obvio). Yo rebalso de alegría. Porque me encanta que me mimen.

    Mientras termino de escribir esto, ya se largó a llover. El cielo está muy oscuro, me encanta cuando está así. Ya filmé la vista de mi habitación cuando llueve para llevarme a la casa nueva.

    Momentos como este me hacen sentir en paz absoluta. No abundan en mi vida, pero existen, están, y esos poquitos, cuando aparecen, quiero recordarlos, que sean mi ancla cuando el mar está en plena tormenta.

    Y hoy es uno de esos. La vida puede cambiar de un minuto a otro, pero ahora, estoy desayunando en la cama, con linda música de fondo, una tormenta afuera y todo un día por delante. Y soy bastante feliz.

    Y me pareció lindo que este, así, sea mi post número 100.

    (Foto)

  • El problema de fondo

    Problema de fondo

    Tener un problema de vez en cuando no está tan mal. Son desafíos grandes o pequeños que nos ponen ante situaciones en las que podemos sacar lo mejor de nosotros mismos y crecer como personas.

    Pero lo que no me gustan, me tienen cansada y me drenan la energía de a poco, son los problemas de fondo.

    Se me dio por llamar de esta forma a esos problemas que no podemos resolver (ya sea porque no nos animamos, o porque simplemente exceden nuestro dominio y no hay nada que podamos hacer), y que están ahí, en el fondo de nuestra mente, recordándonos que por mejor que estés en cualquier área de tu vida, hay algo que aún no está resuelto.

    Tengo un par de problemas de fondo con años de antigüedad que escapan por completo a mi accionar, y para los cuales no puedo hacer más que aceptarlos y tener esperanza en que eventualmente se resolverán. A veces me cuesta mucho.

    Mientras tanto, fantaseo con cómo será ese día. Me acostumbré a vivir con estos problemas, y me imagino cómo será cuando ya no estén (porque quiero creer que algún día no estarán más). El alivio gigante que debe ser que finalmente esa piedra que llevabas en la espalda ya no sea tuya para cargar. ¿Cómo será? ¿Cómo se sentirá?

    De momento, hay algo que sí puedo hacer. Aunque no puedo controlar las circunstancias externas, sí puedo proponerme a estar bien yo mientras tanto. A veces es más fácil, otras veces no tanto, pero está en uno el tener la fuerza para estar bien en su propio mundo interior, aunque el exterior esté en plena tormenta.

  • Missing someone

    Y yo ya la extraño :'(

    Lo vi en el Tumblr de Anita.

  • Diálogos (IV)

    Estuve un rato tirando y agarrando una pelotita con la mano derecha, bien. Mano izquierda, fail.

    Yo — No tengo habilidad con la mano izquierda.

    Padre — No tenés habilidad.

    Yo — …

    Padre — Pero es verdad. Lo descubrimos hace mucho cuando jugabas al vóley en el colegio.

    Yo — Nunca vamos a volver a tocar ese tema.

    De todas formas, tiene razón. No sé jugar al vóley mejor de lo que sé manejar un avión comercial. Pero no vamos a volver a tocar nunca ese tema.

  • Tenemos que hablar

    Me pasa 9 de cada 10 veces:

    [Vía Sedated]

  • Mi balance de 2009

    Collage S

    Es el día. Todos nos ponemos a pensar qué hicimos (y qué no) durante los últimos 12 meses, y las sensaciones pueden ser de lo más variadas.

    En mi caso, 2009 fue uno de los años más difíciles de mi vida, pero también el que más logros me trajo.

    Dentro de lo malo, no me voy a explayar demasiado, pero dificultades económicas, peleas familiares y vaivenes sentimentales no me faltaron. Parece poco, pero la intensidad de esas situaciones fue grande, muy grande, sumadas al estrés propio de terminar la carrera, que por más que sea algo lindo, llegar hasta ese punto te agota física y mentalmente.

    Dentro de lo bueno, tengo mucho que agradecer. Crecí mucho como mujer, me hice nuevos y geniales amigos, vi a mi blog crecer y crecer, y fui (y soy) feliz cada día trabajando en Bitelia, Gizmóvil y PuntoGeek. Me siento acompañada por una cantidad impresionante de gente en Twitter, y aunque parezca una tontería, a mi me llena el corazón la buena onda que tienen mis followers y el poder compartir con ellos desde trivialidades hasta sentimientos profundos.

    También llegó Simón a casa, mi gato, que lo encontramos en la calle y lo trajimos a casa pensando que en el mismo día lo vendría a buscar su familia. Y ahora es un Saia más.

    Y, por supuesto, me recibí. ¿Qué mayor logro que ese para coronar un año? El camino fue duro y los últimos meses hubo días que me sentaba a llorar de noche solamente por lo agotada que estaba. Pero valió la pena, mil veces valió la pena. (Aunque extraño ver a mis compañeros todos los días.)

    Por último, pero no por eso menos importante, termino el año a la espera del viaje al CES 2010 en Las Vegas. Seguramente dedique un post aparte para eso, pero me pone contenta en tantos niveles diferentes que no sabría por dónde empezar.

    Así que, 2009, empezaste horrible y terminaste hermoso. Gracias por hacerme crecer :)

  • Mi vida cambia mañana

    Books

    Son casi las 6 de la tarde. Las agujas del reloj siguen corriendo, y por más que lo intente, no puedo concentrarme en los resúmenes de Cognitiva que tengo preparados hace meses. Es que mañana cambia todo.

    No es que vaya a ser mi primer título. Con 24 primaveras encima, esta licenciatura va a ser mi segundo título profesional, algo que me alegra mucho. Lo que cambia todo es el hecho de que, por primera vez desde 1988, voy a dejar de ser estudiante. No más cursadas, no más exámenes, no más trabajos prácticos ni materias que no me gusten. Tampoco más tardes divertidas estudiando con amigos, ni materias que me encanten, y sobre todo, no más excusas para demorar “salir al mundo”.

    Mañana doy mi último final, y después de él, el mundo es mío para que haga con él lo mejor que pueda, o lo que me anime, o lo que se me presente. El tiempo será mío para aprender a distribuirlo. Mi trabajo, que ya me encanta, empezará a ser la actividad central de mi día, y la pregunta de “¿Qué vas a hacer después de que te recibas?” ya no podrá ser contestada con “Lo pienso cuando termine de rendir”.

    Mañana cambia todo. Y estoy feliz y nerviosa y ansiosa y mil cosas que, aunque las haya estudiado durante tantos años, me sobrepasan. Y me gusta que así sea.

  • Dos Lauras

    bailarina

    Esta semana me encontré con dos Lauras, y las dos me dejaron pensando algunas cosas.

    A la primera Laura (que en realidad la vi desde la ventanilla del colectivo) la conocí cuando teníamos alrededor de 16 años en un grupo de amigos fanáticos del animé. Al igual que muchos de nosotros, ella se puso de novia con alguien del grupo, solo que con un detalle: él tenía casi 30 años. Por supuesto, los padres de ella no querían saber nada del asunto, y en el grupo vivíamos un poco el drama (éramos chicos, y nos importaba que ellos estén bien, creo que yo nunca pensé realmente lo que era toda esa diferencia de edad). Sabíamos que no faltaba mucho para que cumpla 18 y pueda irse de su casa.

    Finalmente, lo hizo. Éramos tan chicas, y se fue a vivir con él, que tenía casi el doble de su edad, a hacer una vida de adultos cuando todavía estábamos procesando el fin del secundario. Cuando el grupo se disolvió, al poco tiempo, nunca más supe de ella ni de él. Nunca fuimos amigas, realmente, pero su historia me impactaba. Cada tanto la veo desde el colectivo y pienso, ¿qué habré pasado? ¿Seguirán juntos? ¿Se habrán separado? Y sobre todo, ¿habrá valido la pena tanto sacrificio? ¿O el sacrificio estará en mi imaginación y para ella fue lo mejor que le habrá pasado en su vida?

    A la otra Laura me la encontré en una esquina cerca de mi casa. Fuimos a la primaria juntas, y hacíamos danzas en el mismo instituto; ella clásico, yo, jazz. Típico “cómo estás, qué hacés de tu vida, yo me estoy por recibir, qué bueno…”. “¿Y vos en qué andás?”. “Yo estoy bailando, en el IUNA”. Me invadió una mezcla de alegría y tristeza al mismo tiempo. Porque amo ser blogger, pero si hay algo en este mundo que me hubiese gustado ser, sin ningún tipo de dudas, es bailarina. Pensaba que esa podría haber sido también mi respuesta si hubiese hecho las cosas de otro modo, si hubiese tenido más en claro mis gustos y mis ideas desde chica.

    No me reprocho a mí misma, la carrera de una bailarina está llena de esfuerzos y privaciones (y Dios me dotó de unas curvas muy italianas y un apetito importante por las cosas dulces), y sé que la música y el baile pueden seguir en mi vida aunque no sea como profesión.

    Pero no puedo evitar pensarlo. ¿Qué hubiera pasado si…?

    Foto

  • Barista por un rato

    Ce heart

    El viernes pasado me invitaron con un grupo de amigos a pasar una tarde en Starbucks y hacer de baristas por un día (bah, un rato en realidad). Aprendí a hacer mi bebida favorita del lugar y me divertí muchísimo.

    Me pareció muy copado estar “del otro lado” (aunque, por supuesto, todo es divertido cuando sabés que lo hacés un ratito y después seguís en la tuya). Por supuesto, como todo paso mío por una cocina (o símil) no fue libre de accidentes. Hay video, pero para eso tendrán que esperar un tiempito. Mientras tanto, están las fotos que sacó Bruno.

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    p align=»justify»>Mientras tanto, repito mi agradecimiento por la invitación, fue una tarde muy divertida :)