Aunque mi apellido (Saia) se escribe sin tilde, se pronuncia Saía, con la i acentuada.
Durante años enteros de mi vida luché contra compañeros, profesores, amigos, conocidos casuales y todo tipo de personajes para tratar de que se respete esa pronunciación. No era su culpa, por supuesto, todo sería más cómodo si el bendito apellido se escribiese con tilde.
Y entonces, un día, me dejé llevar por la corriente.
Ya no me da remordimiento. La verdad, es mucho más cómodo ser «Ceci Saia» que «Ceci Saia, se escribe sin acento pero se pronuncia Saía».
PD: Sigo siendo, sin embargo, «Ceci Saia, como suena, S-A-I-A». No sé por qué a la gente le gusta hacer hacer interpretaciones libres, como Sahia o hasta Sasha (!). No tengo esperanzas de liberarme de esto en el corto plazo.
[Este post lo escribí ayer pero no tenía conexión para publicaro. Hoy me siento considerablemente mejor.]
No sé qué me pasa estos días, pero me encuentro con un poco de malhumor. En realidad yo lo siento como mucho, porque suelo ser una persona bastante alegre y optimista, pero desde ayer me noto irritable.
En el fondo, creo que no disponer de una conexión a Internet fija en estos últimos días (de vacaciones entre Santiago y Baires, paso poco tiempo en casa) me está afectando un poco. No me gusta sentirme así, casi como una adicta sin su droga. No está bueno.
Además, se murió la batería de mi netbook, que por otro lado viene andando más o menos desde hace tiempo, y eso me complica más escribir las cosas que quiero, y también las que debo.
Ahora estoy un poco más tranquila. Mi terapia fue poner la mente en blanco a través de ordenar y limpiar el departamento con –por favor no me juzguen– el debate de Gran Hermano de fondo. Digo, si quiero no pensar en absolutamente nada relevante, no se me ocurre algo más vacío que eso.
10 días (ya que aprovecho el fin de semana largo) para despejar mi mente de las obligaciones cotidianas, y dedicarme a lo que me gusta: descansar, estar con la gente que quiero, pasear, leer, y bloggear desde el Samsung Forum.
No me van a extrañar, me verán por aquí seguido, no me voy lejos esta vez :)
Me hago la canchera y me pongo el despertador a las 6:30am. Sí, 6:30am. Muy pronto eso va a ser antes de que salga el sol.
No, no tengo que salir a las 7 de mi casa. Ni a las 8. Recién a las 9. ¿Y entonces?
Me hago la canchera y me levanto a las 6:30am para hacer yoga, ducharme, desayunar con mi familia, usar la PC (para hacer las varias cosas que hace una blogger tan temprano) y recién ahí salir.
Me hace sentir bien, productiva, llena de energía.
Pero hoy, lunes a las 3:25pm, en la agencia, solo quiero abrazarme a mi leopardo de peluche e irme a dormir la siesta. Mientras me pregunto…
Con la emoción de este nuevo desafío, casi me olvido de contarles. Me contactaron de Groupon (el que no sabe lo que es, vive en un termo) para proponerme ser su Groupon Scout: una persona que vaya probando diferentes oportunidades en Buenos Aires y relatando en el blog la experiencia de cada una.
A mí me resulta terriblemente divertido, no solo puedo hacer un montón de cosas diferentes, sino que además me dan un espacio para poder hablarles de cómo me fue, de cosas mucho más cercanas a mi vida cotidiana, y que en Vitamina Ce o Acceso Directo quizás no fuesen los lugares más apropiados.
Como Groupon Scout les voy a contar la posta sobre las ofertas que aproveche: si está bueno o no, si son rápidos, si valió la pena, si es divertido, y todo lo que se me vaya ocurriendo. Quiero ser sus ojos para que, cuando salga otra oferta similar, sepan qué esperar.
Hoy mismo empiezo con mi primera experiencia: las Ondas Rusas. Muchos de los groupones tienen que ver con cosas de estética femenina, así que van a ver mi lado más femenino al descubierto. Pero voy a tratar de hacer cosas bien variadas así les sirve.
Espero publicar en el blog de Groupon una vez por semana, con cosas divertidas. ¡Nos leemos allí también!
Creo que siempre tenemos que tener a mano algo que nos pueda hacer sonreír en cualquier momento. Algo así como un «alegrador de emergencia» para cuando necesitamos un cheer-up express.
En mi caso tengo varias de esas cositas. Algunas son objetos físicos, otros son personas, y otros, recuerdos.
Uno que indefectiblemente puede hacerme sonreír hasta en los días más caóticos es mi sí-Ceci-ya-nos-cansamos-de-que-la-muestres foto con Stan Lee. Simplemente me da una inyección de felicidad pensar la forma en la que el Universo se alineó para que se pueda dar ese momento mágico con el creador de tantos de mis personales favoritos, en un lugar increíble como Las Vegas.
Esta foto me recuerda que cosas maravillosas pueden suceder cuando menos lo esperamos, y por eso tiene un valor doble para mí.
Puedo decir sin temor a exagerar que 2010 fue el año más intenso de mi vida. Me pasaron tantas cosas buenas y malas que cuando las recuerdo siento que tuvieron lugar durante al menos 5 años, y me cuesta entender que pasó todo en el mismo período de 12 meses.
Para empezar, mi comienzo de año fue fabuloso, en Las Vegas con el CES y luego de vacaciones en Los Angeles, donde conocí muchos lugares con los que siempre había soñado. Pero cuando volví a aterrizar en Buenos Aires, las cosas se fueron poniendo más y más difíciles.
Es así como mi 2010 se dividió en dos mitades muy claras. La primera fue triste, pesada, oscura, llena de dolores y lágrimas.
En un período de menos de dos meses tuve que hacer 3 duelos que aún hoy me hacen llorar cuando me toman desprevenida.
El primer golpe llegó con la muerte de mi tía Juani, a quien se la llevó un ACV. No fue traumático y agradezco que para ella haya sido rápido y sin sufrimiento. Ya era grande y después de una vida en la que la peleó como pocos, llegó su momento de descansar en paz. Sin embargo, nunca había sentido de grande el dolor de perder a alguien que te haya amado en una forma tan incondicional. El vacío que dejó en mi vida y la de toda mi familia va a ser imposible de llenar, y las lágrimas que derramamos al recordarla en la cena de Navidad no son más que el signo de todo el amor que le tuvimos, y que ella nos dio. Hoy, solo quiero estar agradecida por haber tenido la gran suerte de ser su sobrina.
Hoy fue un día de mucha superación personal para mí. Por primera vez atravesé uno de mis mayores miedos sin sufrir consecuencias en el intento.
Yo no soy una persona fóbica ni particularmente miedosa, pero hay dos cosas en esta vida que me dan bastante miedo, y que generan en mi reacciones intensas de ansiedad involuntarias. Una de ellas son los análisis de sangre. No es que me impresione la sangre ni las agujas, pero desde la primera vez que me sacaron sangre no pude atravesar ni un solo episodio sin desmayarme (o, al menos, que me baje mucho la presión). Hasta hoy.
Hoy me hice mi primer análisis de sangre no solo por voluntad propia, sino que atravesé sin desmayarme ni que me baje la presión. (¡Aplausos por favor!)
Y vencer un miedo así es una sensación realmente liberadora, de mucha satisfacción personal. En mi metáfora de la vida como un videojuego, hoy levelié.
Quizás la próxima vez que me tenga que hacer un análisis me vuelva a dar miedito antes de ir, pero va a ser completamente diferente, porque ya lo vencí una vez, y puedo volver a hacerlo.
Quizás me hayan visto estas últimas semanas pidiéndoles que voten a una tal Tina Su con una votación para ser la «Happiness Blogger» de una marca en Estados Unidos. Me parece que corresponde explicarles la razón, ya que tan amablemente le han dado sus votos (confiando en mí, que les agradezco infinitamente).
Tina es la dueña de Think Simple Now, un blog sobre desarrollo personal. Para mi, diciembre de 2008 y enero de 2009 fueron meses terriblemente difíciles. Dificultades familiares, financieras y amorosas me dejaron devastada, llorando en la cama por días, trabajando en un Call Center en el cual todo me recordaba a la relación que acababa de terminar y donde no era feliz, y tratando de encontrar una razón para levantarme día a día. Cuando pienso en esos meses todavía se me comprime el corazón y pienso que fui muy fuerte para poder superarlo (aunque claro, eso me llevó mucho más tiempo, hasta hace un par de meses atrás).
Durante esas épocas difíciles, fueron los posts de Tina los que me ayudaron a no perder mi eje. Yo soy una persona bastante centrada y trato de permanecer siempre positiva, pero cuando las circunstancias son adversas, no es tan fácil.
Lo que me ayudó de esos posts sobre desarrollo personal es que cada uno se acompañaba de una historia, de un contexto. No era simplemente «pensá en positivo y te va a ir bien», eran las palabras de alguien que también la pasó mal en muchos momentos, y que tuvo su propia lucha para poder convertirse en alguien que pueda transmitir algo a alguien. En mi caso, me transmitió paz, esperanza y serenidad. Me alentó a agradecer por las pequeñas cosas (incluso cuando las grandes estén mal), a conservar la calma, a sentir que aunque las aguas estén turbulentas, la tormenta iba a parar en algún momento.
Eventualmente la tormenta paró, y después de mucho crecimiento personal y muchos meses de dolor, prueba y error hasta haber vuelto a hallar mi camino, recuerdo con mucho cariño las páginas que me acompañaron cuando sentía que no podía ni levantarme de la cama.
Así que por eso, porque ella sin saberlo me ayudó muchísimo, hoy se lo quiero devolver. Yo la voto todos los días porque sé que si hay alguien que puede bloggear sobre la felicidad, es ella. Y si ustedes también quieren poner su granito de arena, entonces seremos muchos los que propaguemos la buena onda :)