Autor: Ceci

  • Afiches de Tulipán, primavera 2011

    En lo que es publicidad en Argentina, creo que hay dos clásicos indiscutibles: la publicidad de Quilmes en el verano, y los afiches de Tulipán en primavera.

    Este año me parecieron particularmente divertidos, ya que se aprovecharon de la época electoral para hacer sus insinuaciones habituales.

    No podía dejar de compartir con ustedes mi favorito, que lo vi desde el colectivo y me reí por varias cuadras:

    Vía SOYdg (donde están todos los afiches de los últimos años).

  • De tiempo y dinero (I)

    El tema del tiempo es una de las cosas que más me interesa, especialmente cuando pensamos en todo el tiempo que invertimos a cambio de dinero.

    Le puse un «I» a este post porque es un primer acercamiento a un tema que seguramente voy a desarrollar con más profundidad cuando tenga un rato.

    Esta introducción viene de la mano del brillante XKCD, con una tira que refleja algo en lo que creo desde chica.

    • ¿Por qué estás acá? El gas está a 10 centavos más barato por galeón en la estación que está a 5 minutos de acá.
    • Porque un centavo ahorrado, es un centavo ganado.

    «Si gastás 9 minutos de tu vida para ahorrarte un dólar, estás trabajando por menos del salario mínimo».

  • Más linda que nunca

    El fin de semana él encontró unas fotos de mi adolescencia que no sé cómo estaban tan a mano. De nada me valió tratar de sacárselas, ojeó casi todas mientras yo me moría de vergüenza.

    Siempre fui terriblemente crítica con mis fotos, casi nunca me gusta cómo salgo, y la adolescencia no fue excepción. Pero a diferencia de otras etapas de mi vida, que en ese momento no me gustan y con el paso de los años desaparece la crítica y veo esas fotos con amor, esta vez me seguía pareciendo un espanto.

    El pelo inflado y mal teñido, el sobrepeso, los aparatos fijos en los dientes. Hasta lo inadecuada que me sentía se notaba en las fotos. Físicamente, mi peor época.

    Ah, pero todo eso tiene un lado positivo. Y es que nunca voy a ser una de esas mujeres cuya edad dorada quedó en los dieci-algo. No señores, a mi el paso del tiempo me sienta bien.

    Me alegra saber que hoy, aún con los cien defectos que podría encontrarme, me siento físicamente mucho mejor que cuando era más chica.

    Me gusta no tener épocas mejores que añorar, sentir que el presente es mejor, y que mañana puede serlo más aún.

    PD: Imposible decir el título sin pensar en «el gurú».

  • Escribir mi propia historia

    open to possibilities

    Antes era más fácil, más cierto. Mientras crecía, no tenía muchas dudas de lo que iba a ser mi futuro. Lo imaginaba similar al de mi madre, solo que además de casarme y tener hijos joven (digamos, a los veintipoco), seguramente le iba a sumar una carrera universitaria.

    Hoy, a los 26, cuando pienso que a esta edad mi mamá ya me tenía a mí y a mi hermana, no podría sentirme más lejos de esa historia, de ese camino predeterminado que alguna vez ni siquiera hubiese puesto en dudas.

    Cuando pienso en eso, siento un revoloteo en la panza. Pero no tiene que ver con el casamiento o los hijos que aún no tuve y espero no tener durante varios años más. Es que ya no hay una historia previamente escrita.

    Desde hace un tiempo y en adelante, yo escribo mi propia historia, una historia muy diferente a la de las mujeres de mi familia. Ni mi madre, ni mis tías ni mis abuelas transitaron el camino que estoy transitando yo (tampoco yo el de ellas, vale decir).

    Esta sensación de libro abierto con páginas en blanco esperando a ser llenadas por mis propias decisiones, experiencias, aciertos y errores me dan una sensación de abismo, sí, pero también de libertad. De preguntarme qué aventuras diferentes me depara el destino.

  • Está bien cambiar de opinión

    No recuerdo si me referí a este tema con anterioridad en el blog*, pero como es un tema que me gusta, va esta reflexión para el viernes.

    Vas a cambiar de opinión mil veces. Eso es algo bueno. Solo los imbéciles nunca cambian de opinión.

    ~ Anna Rascouët-Paz

    • Recuerdo haber querido compartir con ustedes una tira de Stuff no one told me… que bien decía «Está bien cambiar de opinión con respecto a las cosas, solo tratá de ser coherente.»
  • Flashback

    Hoy recordé que alguna vez tuve una dirección de mail que era namaste@fibertel.com.ar, y un blog que se llamó Pensieve Porteño, donde conté (a nadie, porque nadie me leía) que había nacido mi sobrino, y algo de Harry Potter 7 antes de que salga el libro entre otras cosas que ya no me acuerdo.

    I sure have come a long way from there.

    (Pensieve Porteño era un muy buen nombre, se lo voy a poner a mi Posterous, que estoy pensando en activarlo)

  • Click, y todo bien

    ¿Algún problema? No sufra más. Llegó a Internet el botón mágico que hace que esté todo bien. Con solo un click, todo en orden:

    (Lo realmente interesante es el mensaje final: si no funciona, comprobá tus percepciones de la realidad, justo algo de lo que hablaba la semana pasada).

  • Seis tips para reflexionar el fin de semana

    A "few" balloons

    No es misterio que Lifehacker es uno de mis blogs de cabecera, y esta semana nos regaló un post muy adecuado al momento que estoy transitando.

    Son 6 puntos que me gustaría compartir con ustedes, algunos se aplicaran a sus vidas, otros quizás no ahora (o nunca), pero nos dan qué pensar. Ni siquiera para tomarlos en forma literal, sino como disparadores para reflexionar sobre nuestras vidas, y qué queremos hacer con ellas.

    Espero que les sirvan tanto como a mi:

    1. Una hora de sueño antes de la medianoche, vale por dos. Una hora de trabajo antes del mediodía, vale por dos.
    2. Andá siempre a buscar a tus hijos al colegio. Ahí es cuando tienen ganas de hablar.
    3. Nunca dejes que tus habilidades sobrepasen tus virtudes.
    4. Nunca te tomes menos de dos semanas cuando tengas un hijo o para tu luna de miel. No dejes que te convenzan de lo contrario.
    5. Cuando metas la pata, admitilo franca y rápidamente. Y después, seguí adelante.
    6. Siempre da lo mejor de vos en tu trabajo, pero si no te gusta tanto lo que hacés que lo harías gratis, renunciá.

    (Entiendo que esto último es generalmente una utopía si se toma literalmente; pero es un punto de partida para pensar qué camino quiere recorrer cada uno.)

  • Otra oportunidad

    opportunity ticks

    Llega un momento del año que es tremendo: el momento de renovar los dominios (direcciones web) que compré con la esperanza de convertirlos en hermosos proyectos.

    El problema es que salvo contadas excepciones (una, dos, tres), casi todos mis dominios quedaron sin usar. ¡Es terrible!

    Cada año esta época me recuerda todas las cosas que quise hacer y que quedaron en el olvido. Cada año, renuevo con la esperanza de que «esta vez sí lo voy a poder hacer». Y luego llega este momento otra vez, con los dominios vacíos.

    Así que aquí estoy, con un mail de recordatorio de vencimiento en mi casilla, pensando si debería dejarlos ir, sacarme este peso de encima y seguir adelante. O si debería darles (y darme) otra oportunidad, y esta vez sí, hacerlos crecer.

    Me conocen, la respuesta es obvia. Otra oportunidad.

    El año que viene a esta altura, los tomo a ustedes por jueces para que me pregunten «Cecilia, ¿qué hiciste con tus proyectos?». Y les rendiré cuentas.

  • Nada es para siempre

    so distant

    «Nada es para siempre». Una frase con la que es difícil estar en desacuerdo.

    El amor, la amistad, la salud, el dinero, todo lo que alguna vez pudimos dar por sentado, puede ser tan volátil y efímero como un arco iris, o estar presente en nuestras vidas durante mucho tiempo y, de un día para el otro, desaparecer.

    Cualquiera que haya tenido una pérdida, de cualquier tipo, no puede más que admitirlo, «nada es para siempre».

    Sin embargo, yo creo que hay cosas que sí son para siempre. O al menos, que pueden serlo. El problema es que hasta que no llegamos al final del camino, es imposible saber cuáles son esas cosas.

    La amistad que resistió viento y marea, el trabajo que nunca dejaste de hacer con pasión, el amor de quien estuvo a tu lado hasta que exhalaste por última vez. ¿Cómo reconocerlos antes de irnos de este mundo? La respuesta es simple: no se puede.

    Y como no se puede, como la vida es incertidumbre, lo mejor que podemos hacer es valorar cada cosa buena que tenemos como si la fuésemos a perder mañana. No desde el miedo, sino desde la gratitud.

    Solo el tiempo dirá si existió un para siempre o no.