Autor: Ceci

  • El cambio da miedo

    Justo hace unos días publicaba esta imagen, medio en serio medio en chiste, sobre permitir el cambio, hacerle lugar.

    En mi trabajo hace bastante que estábamos buscando eso, darle lugar al cambio, con las resistencias propias y ajenas que eso implica. Todos queremos estar mejor, pero es ridícula la cantidad de veces en las que pretendemos que eso pase mágicamente, sin cambiar nada.

    Cambio

    Y medio de esta lucha por hacerle lugar al cambio, convencidas de que cosas geniales vendrán de él, nos cayó una noticia inesperada que cambia todo. TODO.

    Si bien no tengo miedo, la incertidumbre me pone ansiosa. ¿Qué vendrá? ¿Cómo será? ¿Será mejor y emocionante? En este momento no tengo forma de saberlo y mi cabeza no puede pensar en otra cosa.

    Entonces me parece un momento perfecto para recordar algo en lo que creo firmemente: nada es permanente, solo el cambio. Y aunque no puedo controlar qué va a pasar, sí puedo comprometerme a afrontarlo con lo mejor que tengo para dar.

    Al fin y al cabo, muchas de las mejores cosas de mi vida fueron consecuencias de cambios inesperados. Ser flexible es la mejor forma de atravesarlo.

  • Si me preguntás que hice el fin de semana…

    Dormí, jugué Skyrim, dormí la siesta, jugué Skyrim, cené con amigos, dormí, escribí, jugué Skyrim, cené con mi mejor amiga y nos la pasamos hablando de su boda, dormí un poco más, empecé a separar la ropa para las vacaciones, leí dos libros, empecé Final Fantasy XIII-2, dormí más.

    Ojalá todos los fines de semana tuviesen 4 días. Aunque las semanas después durasen 8, no importa. Tener el tiempo para relajarse y la tranquilidad mental de que no se te acaba «ya» me da pilas para afrontar todas las tareas de la semana.

    Solo 10 días para las vacaciones…

  • Hoy en «botones de software reflexivos»…

    Permitir cambio

    Permitir cambio.

    Una joyita de Spybot Search & Destroy.

  • Quiero traer el espíritu viajero a casa

    «No te amo por quien eres, sino por quien soy yo cuando estoy contigo». Frase cursi y pegajosa, que en mi imaginación está salida de algún episodio de Dawson’s Creek, y que me parece una receta segura al fracaso de cualquier relación.

    Excepto conmigo y los viajes.

    image

    Estos días que estuve recorriendo Manhattan sola me di cuenta de que no me enamoran solamente las ciudades que conozco, aunque hermosas y maravillosas en si mismas.

    Me enamora la persona que soy yo cuando estoy de viaje. Soy realmente una de mis mejores versiones.

    Le presto atención a cada detalle, porque todo me parece increíble. Y no me quedo adentro, aunque haga frío o llueva, porque hay tanto por ver.

    Me tomo el tiempo para visitar museos y parques. No me irrito por los otros turistas, al cabo, estamos todos en la misma.

    Noto las funciones en el cine, y las obras de teatro. Pienso que ojalá tuviese el tiempo de verlas todas.

    Y en este último viaje me cayó la ficha: ¿por qué no puedo ser esa persona un poco todos los días?

    Si, seguro que acá en casa trabajo y al final del día estoy agotada, y que conozco bastante bien mi ciudad. Pero aún tengo tanto por ver, por hacer, por conocer.

    Así que es mi firme propósito (uno de los tantos que estoy haciéndome este año) traer a la Ceci de viaje a casa, que se quede conmigo.

    Porque amo la Ceci que soy cuando estoy de viaje, pero creo que con voluntad puedo tener ese espíritu en cualquier momento.

  • Mi accesorio favorito

    En el juego de la moda, este año me propuse a subir de nivel en el área de accesorios. Admiro mucho a las chicas que los saben usar y combinar: pulseras, aros, collares, cintos. Les puedo decir sin una pizca de cinismo que saber cómo usarlos es todo un arte que quiero aprender a dominar.

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    Creo que por eso me gustan tanto los lentes de sol. Son lindos, te hacen ver más interesante automáticamente, y combinan bien con casi cualquier cosa. Además, deben ser los únicos accesorios que de hecho te hacen un favor: cuidan a tus ojos de los rayos ultravioletas y te evitan dolores de cabeza.

    Algunas de mis fotos favoritas son en las que estoy con mis anteojos de sol, y creo que un poco de eso se debe a que –además de ayudarme a ver mejor cuando hay mucha luz– me siento con más confianza, siento que estoy usando algo que me gusta, y eso se nota en la actitud.

    Esta semana me invitaron a conocer la tienda online de anteojos de sol Visión Directa y ya estoy un poco temiendo por mi tarjeta de crédito. Tienen una selección de armazones super amplia, de la cual suelo preferir los que son particularmente grandes. También ofrecen lentes de contacto, que si bien no necesito, me gusta que tengan opciones estéticas y saludables al mismo tiempo.

    ¿Ustedes tienen accesorios favoritos? Vale que contesten hombres y mujeres :)

  • Recuerdos de la primera vez que viajé a New York: ciudad de a cuentagotas

    Como les conté, el viernes salgo a la ciudad que nunca duerme en una nueva aventura. Y esto me trae recuerdos de la primera vez que estuve en esa maravillosa ciudad, y lo poco que la pude conocer.

    Tenía 17 años recién cumplidos, y estaba en New York en la segunda parte del programa GYLC. Pocos días, hospedados en el campus de NYU, aprendiendo sobre liderazgo y cultura global. Una experiencia de la san hostia en la que aprendí mucho y conocí a gente maravillosa de todos los rincones del mundo.

    No pude conocer mucho de la ciudad. Nuestros días estaban repletos de actividades desde la madrugada hasta la noche. Pero todo me parecía enorme. Esto es lo que recuerdo:

    Una hora en Times Square para comer algo, escapar de la lluvia, y cuya mitad usé para jugar a la última versión de Dance Dance Revolution en un Arcade. Era joven y no entendía nada. Me arrepiento de no haber usado esos minutos para caminar el centro.

    Una visita a Ground Zero. Esto fue en 2002 así que la herida estaba abierta. No me voy a olvidar de las cuadras y cuadras llenas de cartas, flores, osos de peluches, fotos. Todos en honor a las víctimas. El gran hueco en el suelo, los edificios de alrededor aún tapados de negro. Una bandera gigante, y la frase «We’ll never forget». Lloré mucho, y aún hoy pienso en eso y se me pone la piel de gallina.

    Un tour rapidito por Central Park, enterarme que allí estaba Strawberry Fields y sacarme una foto en el mosaico de Imagine.

    GYLC - 02 - 15

    Y una noche de fiesta en un barco, viendo el Skyline nocturno y la Estatua de la Libertad. Y entender lo que era to get caught between the moon and New York City.

    El resto, todas vistas desde las ventanas del bus o corridas en el campus. Cuánto me quedó por conocer, qué poco tiempo tuve.

    Esta vez va a ser igual. Muy poco tiempo para recorrer, mucho trabajo que hacer. New York es una ciudad que se me da a cuentagotas. Como para que no me embriague de ella, para que siempre quiera más.

    Pero estoy feliz de tener la posibilidad de estas tres gotitas más. Que duren mientras conozco otras partes del mundo, que me dejen satisfecha por un par de años, hasta que algún día decida ir y entregarle el tiempo que tanto dicen que se merece.

  • Next stop: New York

    Nada como empezar un año viajando, y aunque mis añoradas vacaciones recién serán a finales de febrero, tengo la bendición de estar yéndome este viernes a New York para una semana de trabajo que promete ser intensa y emocionante.

    Reuniones, trabajo, eventos, luces, rascacielos, y frío. Mucho. Frío.

    new york

    Todavía no preparé la valija, y para alguien que empieza a guardar cosas 10 días antes, eso es un factor de estrés importante. No sé bien cómo combinar la ropa abrigada y el look profesional. Mi estilo varía entre vestidito de oficina para lo formal, y quince capas de ropa para el frío.

    ¡Recurro a la sabiduría de mis lectoras mujeres para que me aconsejen!

    El tema de conocer la ciudad en los momentos en los que no esté trabajando lo tengo bastante organizado: Tripadvisor y Foursquare son mis mejores aliados. La verdad es que estoy viajando mucho sola últimamente y con esas dos apps me muevo como si estuviese en mi propia ciudad.

    Prometo sacar fotos, filmar todo lo que pueda, y volver a Buenos Aires con ganas de volver a New York.

  • Resulta que soy un Walker…

    Una de las formas de lidiar con los mortíferos zombies en The Walking Dead, si uno no quiere cortarles la cabeza, es cortándoles la mandíbula o de alguna otra forma mutilando sus bocas.

    Es que aparentemente, al dejarlos sin un órgano con el que masticar carne viva, pierden el apetito. Sin dientes, no hay hambre.

    Curiosamente el lunes pasado me hicieron una intervención bastante intensa en la boca que me dejó con muchísima sensibilidad y sin poder morder sólidos incluso hasta hoy sábado.

    ¿El resultado? Estoy sin apetito desde hace casi una semana. No es que no tenga hambre, lo tengo, pero la sola idea de morder y sentir la punzada de dolor hace que no me interese pasar por eso en lo más mínimo.

    Así que resulta que soy un Walker. Quién lo hubiese dicho…

  • 5 tips de decoración que me gustaron

    Cada tanto me gusta ponerme a navegar por Pinterest, como un momento de «eye candy» del día, desconectar y dedicarme solo a ver cosas lindas. Así es como di con 5 tips básicos de decoración que me gustaron, por ser simples y aplicables a cualquier tipo de vivienda.

    Deco

    Acá van:

    1- Mientras más cerca esté de tu cuerpo, de mejor calidad debe ser. Esto es un argumento hacia: buenas sábanas, cortinas baratas.

    2- Rodeate de calidad, no de cantidad o chatarra. Comprá bien, para comprar una sola vez.

    3- Cada ambiente necesita algo vivo: flores, un pez, una mascota…

    4- Honrar los actos de vivir diariamente. Si es un hábito, hacerlo hermoso.

    5- La vida debería brillar, toda casa necesita algo que brille.

  • En busca de una rutina

    Hace cosa de tres años (¡cómo pasa el tiempo!) escribí sobre el valor que tiene para mí la rutina. En ese momento era todo muy caótico en mi vida, particularmente por la mudanza, y retomar cierta normalidad se me volvió más necesario que nunca.

    Hoy me encuentro otra vez buscando una rutina, pero esta vez, puedo decir con alegría, que es por motivos muy diferentes. Principalmente por la ventaja de trabajar desde casa, que me da flexibilidad, pero también porque paso mitad de la semana en un lugar, y mitad en otro, lo cual complica un poco el tema de la rutina.

    Déjenme que les dé un poco de contexto: me considero una persona mañanera. No me cuesta (demasiado) levantarme temprano, y es antes del mediodía cuando alcanzo mi pico de productividad. Así que aunque empiezo a trabajar a las 10am, y mi escritorio está literalmente a tres pasos de mi cama, siempre me pongo el despertador para las 7am. Para «hacer cosas».

    Y ahí está el problema. Esta semana me di cuenta de que no sé cuáles son las «cosas» que puedo hacer desde temprano, y termino pasando esas tres horas o dando vueltas en la cama, o boludeando perdiendo tiempo en la PC, pero no en algo puntualmente productivo.

    Así que hoy me propongo firmementa a idear una rutina que me sirva. Que me haga bien, sea productiva, y que aproveche al máximo mi «morning personness».

    Cuando la defina, la compartiré con ustedes. Mientras tanto, ¿algún tip?