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Un refugio en el mundo

Refugio

A veces, cuando las cosas en mi vida están “turbulentas”, empiezo a fantasear con irme a algún lugar lejos de todo, como si alejarme físicamente del lugar a donde vivo pudiera resolver las cosas.

Casi siempre, pienso en algún refugio. Me imagino en una cabaña en el medio de montañas nevadas, con una tormenta de nieve afuera, y yo bien cómoda adentro, sola con un hogar a leña y una mantita (e Internet, porque con eso no se jode).

En algún momento mi refugio era pensar en un hotel de Villa Gesell que me encanta. En esta época del año el clima es horrible, pero me imaginaba mirando el mar desde la habitación, lista para meterme en la cama a acurrucarme (ahí no estaba sola), sabiendo que aunque afuera haga frío y llueva, adentro estaba todo perfecto.

La constante es una misma: un clima terrible afuera, pero yo protegida en algún lugar cálido, donde pueda estar en paz. Metáforas, ¿no? La tarea es lograr ser nuestro propio refugio. Y después, hacer todo lo posible para que, además, el clima mejore afuera.

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7 respuestas a «Un refugio en el mundo»

Ahhh yo hago lo mismo. Yo en San Martín de los andes :P. (Vamos a tener que solucionar el tema del lugar eh (?) ).

Ya vas a llegar a eso. Todos vamos a llegar. Y mientras, los que te queremos, vamos a intentar armarte un refugito (?) móvil cada vez que te veamos. En el mio hay cafeína (?)x2 y ahora torta de chocolate.

Besos :)

Me gustó la idea Twittera de hacer una cumbre blogger en el sur, y por lo que veo acá a todos nos gusta la zona :)

Pero ustedes se van al joraca de lejos. Creo que es un requisito que esté al alcance para cuando uno está en «esos momentos», no?

Yo tengo «mi refugio en la tormenta», pero me queda a 10 cuadras, me costó encontrarlo, tuve que recorrer y meterme en bastantes lugares, pero es genial.

Es un pequeño jardín, que está escondido entre edificios y no va nadie (al menos nunca que yo fui había alguien. Tiene unos 4 metros de ancho, césped y un árbol de raíces grandes que salen de la tierra y se puede uno sentar en su «regazo». También tiene un pequeño banco de esos de plaza, junto a una mesa ratona. Flores y plantas alrededor. Rodeado de edificios bajos, le llega el sol hasta bastante tarde, y para llegar, hay que pasar por detrás de una estación de servicio. Los autos no se escuchan, reina el silencio, a pesar de estar en medio de la ciudad y a menos de 100 metros de Av Rivadavia.
Es mi lugar para ir a estar solo, a pensar.

Ah, y lo mejor de todo es que engancho el wifi de varios vecinos, por lo que puedo escuchar música online o ver una serie, o leer un ebook, o el mail.

lo que me tengo que buscar es un lugar para cuando hace mucho frío o llueve, aunque para esos casos, por ahora tengo mi cama.

Sonará demasiado aburrido, pero lo más parecido a mi refugio es mi propia casa. Mi habitación es como la baticueva (ES una cueva), y si quiero salir a contemplar la naturaleza, tengo terreno al fondo. El tema es poder estar sólo para disfrutarlo…

No sé ustedes, pero o cuando necesito refugio, voy al mejor que el hombre puede llegar a conocer… nada de hacer miles de kilómetros, ni de esconderse de la humanidad cual Capitán Nemo.

En esos momentos, solamente levanto la cabeza y miro, a ese cielo azul radiante (o gris y opaco, al caso es el mismo), y lo único que digo es: «Papá, en tus brazos estoy, eres mi refugio y mi fortaleza; siempre estaré contigo y tus brazos me levantarán, para pasar las tormentas como el águila» (o algo así).

Abrazos.

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