En tierra firme

Durante los últimos meses estuve pero no estuve. Entre los viajes de trabajo a Miami y New York, y las vacaciones en Orlando, cuando no estaba en el exterior, estaba en casa ya planificando el siguiente viaje, y sin comprometerme en nada demasiado a largo plazo porque el siguiente avión ya estaba en mi calendario.

Marzo, abril y mayo se suponía que iban a ser iguales, pero un cambio inesperado en el trabajo hizo que –en teoría– vaya a quedarme en tierra firme por al menos unos cuantos meses. Y aunque viajar es lo que más me gusta en el mundo, una parte de mí está contenta de estar en casa por un buen rato. Volver de verdad a Buenos Aires.

Avión

Estoy pensando en ir al cine, en llamar a mis amigas, en no hacer nada un fin de semana, en planificar cosas para el mismo lugar en el que estoy –y cuidar el presupuesto, que no viene nada mal. Hasta creo que me voy a anotar en clases de actuación, algo que venía pensando hace bastante tiempo.

Mi mente estuvo tan viajera que una buena dosis de home-sweet-home era quizás lo que más estaba necesitando.

PD: Sí, este post peca un poco de #FirstWorldProblem, pero déjenme disfrutarlo mientras dure!